Anteriormente hemos comentado todos los detalles que nos aportan los microservicios y de cómo se hablan entre ellos mediante API. Hablamos constantemente de este acrónimo. Hoy profundizaremos acerca de cómo su uso y gestión permite innovar, aumentar y diversificar el negocio.
Como contexto general, la gestión de API está cobrando cada vez más importancia en las arquitecturas software modernas, y es rara la organización que hoy no tiene en su hoja de ruta la implantación de un sistema bajo este propósito, adoptando sus estrategias en el ámbito de las API, especialmente para cubrir y extender su propiedad intelectual, e incluso como fuente de ingresos.
No es un invento para nada novedoso pues llevan mucho tiempo entre nosotros, pero es cierto que en los últimos años su uso se está universalizando hasta el punto de convertirse en elementos indiscutibles de la transformación digital de las empresas.
Comenzamos…
¿Qué es una API y para qué sirve?
Se utiliza una API para que dos programas informáticos puedan comunicarse o interactuar el uno con el otro. Se trata de un conjunto de rutinas y subrutinas, funciones, tipos de datos y protocolos predefinidos que dan acceso de manera segura y confiable a una aplicación, servicios del sistema operativo, bibliotecas de software u otros sistemas.
Dos aplicaciones conectadas por una API aprovechan la información de la otra sin comprometer su propia independencia y seguridad. En algunos casos, especialmente en servicios web, una API es únicamente una especificación para que los usuarios remotos puedan consumir los servicios. En términos generales, las API hacen posible la interconexión de módulos y aplicaciones, facilitando el acceso a sus backends y permitiendo la reutilización de servicios.
Normalmente, cada API va acompañada de su manual de uso mediante una documentación que indica las especificaciones que definen cómo se realiza el intercambio de información, normas de buen uso de la API y tutoriales varios sobre sus capacidades.
Las API facilitan el trabajo de los desarrolladores tanto si la crean como si la consumen. Pues nos permite implementar procedimientos sin necesidad de programarlos de nuevo, que en términos de programación se denomina una capa de abstracción.
¿Por qué es tan importante una buena estrategia de apificación?
Hoy en día todo el mundo dispone de dispositivos móviles, hace un uso masivo de las redes sociales o compras por internet. Además, la irrupción de las startups tecnológicas, el aumento de plataformas en diversos sectores (retail, financiero, seguros…) y el impulso de nuevas tendencias como el Cloud, IoT o Big Data han provocado el redescubrimiento de las API, no como meros conectores, sino como potentes resortes de la transformación digital de empresas y organizaciones.
Son muy importantes, pero entendamos las razones:
- Nos permiten innovar desde el interior de las empresas agregando valor a los activos de TI
- Reducimos el time-to-market en la entrega de productos y servicios
- Optimizamos recursos y disminuimos costes y riesgos
- Impulsamos nuevos modelos de negocio: api hub, api market, monetización…
- Personalización de los servicios incorporando Inteligencia Artificial
- Establecemos nuevas alianzas y modelos de colaboración, nuevos y modernos negocios
- Utilizamos el paradigma API-First para guiar la transformación digital y el cambio cultural de la compañía para comenzar a trabajar sobre productos digitales
- Mejoramos la experiencia de nuestros clientes desde cualquier canal actual o que esté por venir (omnicanalidad)
- Automatizamos procesos e implementamos soluciones más efectivas, mejor gestión de los recursos de IT
- Facilitan la migración de sistemas al cloud
- Modernizamos rápidamente arquitecturas más obsoletas
- Mejoramos naturalmente de manera continua. Aprovechamos las métricas de rendimiento y el análisis de datos para implementar mejoras
- Mejoramos la captación y la retención de talento pues manejamos las últimas tendencias en desarrollo de aplicaciones empresariales
API Management o gestión de API
Las API han ido creciendo de manera exponencial, lo que hace necesario un uso ordenado de las mismas.
La gestión de API comprende una serie de tecnologías y procedimientos para controlar la publicación, documentación, promoción, integración y supervisión de API en un entorno seguro y escalable.
Dada la gran cantidad de API que existen, la facilidad de construcción y de consumo y el entorno digital veloz en el que nos encontramos, la gestión de API es un procedimiento imprescindible para evitar problemas como la degradación del servicio, la falta de control de uso o las brechas de seguridad.
La correcta gestión de API nos permite controlar su desarrollo, monitorizar el uso que terceros hacen de nuestra API, establecer permisos de acceso, diseñar mecanismos de monetización, garantizar la seguridad, etc.
Las soluciones de gestión de API incluyen al menos 3 elementos íntimamente relacionados.
- API Gateway o Intercambiador de API: su principal función es la de habilitar la interconexión entre los servicios y los consumidores, a través de las APIs publicadas en él. Es la puerta de acceso que canaliza las comunicaciones a las APIs publicadas, garantizando la seguridad y gestionando el flujo de comunicación entre diferentes APIs y procesos. Incluye el enrutamiento y las políticas de uso. Es la pieza que permite la monitorización del tráfico y el análisis de uso.
- API Manager o Gestor de API: se encarga de ofrecer a los proveedores capacidades de alta configuración, edición y publicación de sus APIs en el componente API Gateway También gestiona el ciclo de vida, así como las políticas de uso y de seguridad.
- API Portal o Portal de Desarrollo: se dedica a recopilar toda la información necesaria para los consumidores sobre las APIs publicadas en el API Gateway. Engloba el repositorio de documentación, buscador y catálogo de APIs, accesos directos, sistemas de testeo y estadísticas.
Para cada caso habrá que estudiar sus pros y contras, siendo muy importante a la hora de seleccionar un API Manager estudiar en detalle el propósito para que la decisión se adapta a los requisitos de cada organización.
En definitiva, trataremos la gestión de las API con una visión única y consolidada de la compañía, disponiendo de un Control Plane donde se centralicen todas las gestiones y acciones a realizar para diseñar y ejecutar la estrategia de apificación, así como para el gobierno de la totalidad de las API con independencia de si se han implementado como microservicios, monolitos o incluso productos de terceros PaaS o SaaS.