Claves Imprescindibles de la Transformación Digital – Capítulo 1: Digitalizarse no es una opción

Jun 26 2017
Transformación Digital

Roberto Fuentes Martínez

Capítulo 1: Digitalizarse no es una opción

“La próxima década estará llena de oportunidades para aquellos que estén dispuestos a desafiarse a sí mismos, a aprender, a compartir y a cambiar. Aquellos otros que se resistan al cambio se quedarán atrás y se perderán totalmente la emoción de crear el futuro”.

“C.K. Prahalad, coautor de Competing for the Future”

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¿Qué está pasando?

Siemens PLM Software, en el marco del evento Siemens PLM Connection México celebrado en marzo de 2017, apuntó que más de la mitad de las empresas que han desaparecido de la lista Fortune 500 no se habían digitalizado. Por el contrario, las empresas que habían implementado las tecnologías digitales habían crecido por encima de la media aprovechando nuevas formas de riqueza y superando los límites de la productividad. La digitalización ya no es una opción. Más allá de la mejora competitiva que promete, es una cuestión de supervivencia.

La enorme difusión de avances tecnológicos y científicos, así como su aplicación práctica en la industria, aceleran la obsolescencia de lo existente arrastrando a los profesionales a una adaptación forzada para no quedar desactualizados.

Tradicionalmente, a una compañía de Fortune 500 le tomaba cerca de 20 años alcanzar una valoración de mercado de 1.000 millones de dólares, cifra que hoy consigue en un promedio de solo 4 años. Como ejemplos de ello tenemos a empresas como Uber o Xiaomi.

El acelerado ritmo de cambio que estamos viviendo se produce en muchos casos porque utilizamos la tecnología actual para construir la tecnología del futuro, haciendo que la evolución sea exponencial.

Como consecuencia, se han multiplicado las posibilidades de interacción entre grupos de individuos y empresas que tradicionalmente no tenían esa interacción, o que lo hacían de una forma poco eficiente. Además de ello, el coste de la transacción digital es cada vez más bajo y sigue disminuyendo, haciendo viable ahora modelos de negocio que frecuentemente se desechaban.

Agilidad frente a tamaño

Estamos asistiendo a un momento único en el cual las empresas observan cada día que ni el volumen de ventas ni la marca son elementos que garanticen la supervivencia. Lo que prima es la adaptación al cambio con agilidad, capacidad de escalar y ser suficientemente hábil para utilizar los recursos, las metodologías organizativas y las nuevas tecnologías con la mayor destreza posible.

El uso de la tecnología se acelera

Según el informe CES “Nuevos hábitos de consumo 04-2016” (1), casi el 80% de las viviendas dispone de conexión a internet en España, y más del 95% cuenta con teléfono móvil. Esto implica que no solo existe un volumen significativo de individuos con acceso a internet, sino que se dan las condiciones materiales necesarias para el acceso a internet de manera masiva.

Obsolescencia acelerada

La aparición de smartphones Android y iPhone ha reducido y en muchos casos incluso eliminado la demanda de ciertos artículos como despertadores, cámaras y CDs. Las capacidades cada vez mayores de los teléfonos móviles están cambiando los hábitos de consumo, y las empresas necesitan adaptarse a esta nueva realidad para captar al cliente de una forma diferente a través de nuevos canales.

INFORME “Nuevos hábitos de consumo, cambios sociales y tecnológicos 04-2016"

Fuente: Consejo Económico y Social de España

Poniendo en contexto los grandes cambios desde la aparición de internet, cada vez se producen más innovaciones con elevada adopción:

La dinámica del cambio

Desde su aparición, internet está transformando los canales de adquisición, distribución y venta.

Además de ello, ha facilitado la aparición de redes sociales, lo que ha contribuido aún más en la tendencia hacia un funcionamiento basado en la información. La relación entre individuos y empresas ha cambiado de forma sustancial, cada vez se apoyan más en la tecnología y las relaciones son cada vez más digitales. Este giro hacia una economía basada en información y conocimiento implica que a su vez los costes marginales de cualquier estructura de operación y venta tiendan a ser próximos a cero (2).

Hace 20 años, la creación de una empresa que hiciera uso intensivo de la tecnología implicaba una inversión importante en hardware (servidores, redes, etc) y en equipos humanos para administrar y mantener toda la infraestructura. Progresivamente, el coste de la tecnología ha ido descendiendo hasta hacerla más asequible no solo a las empresas sino también a los ciudadanos. Además de ello, los costes de utilización disminuyeron drásticamente cuando se popularizó el cloud computing.

Por el otro lado, tenemos a las organizaciones más poderosas que con frecuencia son conservadoras con la inversión en nuevas tecnologías para proteger inversiones realizadas en tecnologías e innovaciones previas.  Sin embargo, las empresas de nueva creación aprovechan las tecnologías más modernas con el fin de reducir al mínimo los costes de producción y funcionamiento, aumentando a su vez la productividad y la ventaja competitiva. Esto se observa especialmente en el caso de las startups que están apareciendo en los últimos años.

2)  “La sociedad de coste marginal cero”

Fuente: Jeremy Rifkin

Digitalización y EBITDA

Si tenemos en cuenta los periodos de crisis (2008-2012) las empresas digitalizadas tienen una mayor capacidad de generación de EBITDA que las que no están digitalizadas (3) de forma que la caída de ingresos es más suave y amortiguada.

El uso intensivo de la tecnología hace que se reduzca el volumen de tareas administrativas, que se realizan de manera automática por procesos informáticos, lo cual aumenta la productividad, medida en función al ingreso medio de explotación por empleado. Los empleados ahora dedican un volumen inferior de tiempo a tareas administrativas, invirtiéndolo en actividades con mayor aportación de valor. Esto redunda en un aumento de perfiles de más alta cualificación, tanto en actividades de otros ámbitos como la relación con el cliente o las tareas relacionadas con la propia tecnología digital.

La automatización no solo se aprecia en tareas administrativas, sino que la propia prestación de servicios se va trasladando a modelos de autoservicio, donde las empresas tienen que hacer foco en tener plataformas web y medios electrónicos que permitan al cliente realizar transacciones de manera fácil y rápida

(3)  “Digitalización y desempeño empresarial. Nota técnica, Septiembre de 2014”

Fuente: Observatorio ADEI

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Roberto Fuentes Martínez


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