Mujeres y tecnología: un camino por recorrer

Mar 08 2019

Por Sonia Reifs

Sin las mujeres, la informática no existiría tal y como la conocemos hoy en día. Quizás esta afirmación suene algo tajante, pero si echamos la vista atrás y revisamos las aportaciones que hicieron en su momento mujeres como Ada Lovelace (considerada la primera programadora de la historia gracias a la creación de la máquina analítica), Grace Murray Hopper (precursora del lenguaje COBOL, un compilador que fue clave en el desarrollo de la computación moderna) o Hedy Lamarr (inventora del espectro ensanchado por salto de frecuencia que se utiliza en los GPS, en el Bluetooth y en las conexiones WiFi), la aseveración que inicia este post no parece tan descabellada.   

Lo que sí resulta descabellado o, cuanto menos, curioso, es que pese a las múltiples aportaciones que las mujeres han hecho a las ciencias y la tecnología, y que ellas representan un 55% de las personas matriculadas en la universidad, en la práctica la ratio de mujeres que decide iniciar una carrera STEM sea tan bajo, reduciéndose aún más si nos centramos únicamente en el sector TIC. Se estima que el porcentaje que representan las mujeres en carreras técnicas es de tan sólo un 18% en España y de un 23% en Europa, sin apenas variaciones en los últimos 20 años. Pero ¿cuál es el motivo de que el colectivo femenino sea una minoría en el sector TIC?  

No hay una única variable que nos explique la brecha de género en un sector como el nuestro, pero uno de los principales es la prevalencia de ciertos estereotipos que definen aquello que es percibido como masculino o femenino y las habilidades asociadas a cada género. Y, lamentablemente, las profesiones STEM son carreras socialmente masculinizadas.  

Otro de los principales motivos es el de la invisibilidad de la mujer y de sus aportaciones.  De hecho, en plena II Guerra Mundial un grupo de mujeres diseñaron el software que hacía funcionar una de las primeras computadoras de propósito general, denominada ENIAC (Electronic Numerical Intgegrator and Computer), capaz de calcular tablas de tiro de artillería destinadas al Laboratorio de Investigación Balística del Ejército de Estados Unidos. Sin embargo, fueron dos hombres quienes se llevaron el mérito ya que todo el mundo creyó que las mujeres que aparecían en la foto no eran sus inventoras, sino modelos. 

En general, aún tenemos mucho camino por recorrer y desafortunadamente no hay una fórmula mágica para incrementar el número de mujeres en el sector tecnológico. Se trata de una carrera de fondo que comienza en la infancia, derribando aquellos estereotipos que nos hacen creer que hay profesionales para ellos y para ellas y que acaba en el entorno empresarial con el fomento de medidas que faciliten la conciliación de la vida familiar, personal y laboral y que suelen tener un impacto más beneficios en el colectivo femenino. En paralelo, iniciativas como Women Techmakers Spain a nivel nacional o AdaJS en Barcelona buscan hacer partícipes y visibilizar a las mujeres en el sector tecnológico.  

Sonia Reifs Gómez


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