Los programadores se han convertido en una profesión en auge que no debe ver una amenaza en las máquinas
La Inteligencia Artificial (IA) se ha convertido en una de las revoluciones tecnológicas de los últimos años. Gracias a ella, las empresas pueden mejorar su toma de decisiones en las diferentes áreas estratégicas, analizar datos de una manera más profunda y surgiendo nuevas conexiones e, incluso, aliviando algunas tareas más rutinarias, facilitando así que la creatividad y la estrategia encuentren su lugar. Esto permite a las empresas afrontar un cambio en el que se convierten en más ágiles e innovadoras.
Por este motivo, han surgido nuevos perfiles cada vez más demandados debido en gran medida a la celeridad con que la tecnología se instaura y cómo las empresas se hacen eco de este avance. Se trata del Programador de Inteligencia Artificial que se va incorporando a este ámbito y se encarga de diseñar, enseñar y perfeccionar el desarrollo de la inteligencia artificial, básicamente en el ámbito del machine learning. Se convierten así en arquitectos del funcionamiento de sistema que facilita la conversión en información de los datos que nos proporcionan las herramientas de Big Data.
La inversión de las empresas en Inteligencia Artificial durante 2021 se ha incrementado notablemente y se estima que en este año alcanzará los 12.000 millones de dólares, según datos de IDC. Es más, hasta 2024 este crecimiento estará por encima del 10%. Por ello, la Administración Pública en España se suma al sector privado e invierte cada vez más en ella, según la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial, se han reservado 600 millones para el periodo que alcanza hasta 2023.
Los programadores han sido uno de los perfiles que han visto cómo su desarrollo crecía exponencialmente con este incremento de la tecnología. Gracias a la IA han dejado de ocuparse de tareas puramente rutinarias y aburridas, gracias a que estas pueden automatizarse, y comenzar con una nueva oportunidad de desarrollo. Es, sin duda, el complemento perfecto para los creadores de código, que consiguen así acelerar la creación de miles de aplicaciones y programas que tendremos todos en nuestros dispositivos.
Compañías como GitHub ya han puesto de manifiesto que el 30% del código que sale de su plataforma está siendo generado por su asistente de programación, Copilot, basado en la IA. Esto es cada vez más común, sobre todo con plataformas de low code.
Esto no significa que no exista el rechazo ni el miedo, incluso el recelo entre ellos, ya que es complejo pensar en esto sin que suponga una amenaza, pero no es así, gracias a la IA el programador tendrá un papel más estratégico y mucho más creativo. En cualquier caso, es necesario un proceso de adaptación en el que puedan ver cómo estas tareas se automaticen y se de paso a perfiles más elevados con una mayor responsabilidad.
La tecnología es, en este sentido, una gran aliada de cara a mejorar el mercado laboral y crear nuevas oportunidades, pero esta debe ir acompañada de un plan en el que se reflejen cómo implementarla y cómo debe ser la relación con estas nuevas tecnologías. En 2030, según las previsiones de nuestro país, el 45% de los beneficios vendrán determinados por la aplicación de la IA, por eso es tan necesaria su incorporación.
Si analizamos algunos aspectos importantes, actualmente hay cuatro mil millones de personas con accesos a internet y más de 25.000 millones de dispositivos conectados. Este universo digital genera 1,7 MB por minuto por cada persona conectada en la Tierra. De ahí la importancia de permitir a las máquinas, a través de los programadores, a que sigan pasando pantallas e incrementando la innovación en las compañías.